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Yemoja - La Madre de los peces.

Yèmojá es considerada generalmente la divinidad de las aguas, de acuerdo con la creencia popular, fluyen en los ríos, el mar. Ye-mo-ja es una contracción de Yeye-Omo-Eja, "La madre de los peces", la palabra Omo está empleada aquí en un sentido simbólico.



Estatua en el Río Yemoja.


Hoy día se le asocia con el río Ọgún y se le rinde un culto elaborado en aquellas áreas donde éste discurre, particularmente en la ciudad de Abeokuta, que además coincidentemente es una ciudad que se formó como convergencia política de los diversos pueblos Yoruba donde se estableció un reinado múltiple.


En Nigeria se dice que Yèmojá nació en la tierra Ijesa, que es donde nace el río Ọgún y donde ella vive, por lo que esta zona se ha convertido en lugar de peregrinaje de infinidad de devotos.


Como ocurre con una buena cantidad de Òrìşa, Yèmojá es también adorada en diferentes regiones y consecuentemente adopta diferentes nombres o formas. Por ejemplo en Oyo la que impera es la divinidad Mayelewo, dado que esta divinidad se dice en la ciudad de Oyo que vive con Olokun en el fondo del Océano, se tomó en Cuba el título de Yèmojá Mayelewo para la divinidad que los Santeros entregan como Olokun Seniade, siendo estas dos divinidades muy diferentes entre sí.


Yèmojá es una divinidad asociada con muñecos, en África se le tallan con maderas preciosas y llevan cargas secretas (Ingredientes espirituales) según la región en donde se le haga la adoración o se invoca mediante el Ase de los sacerdotes de Yèmojá, a esta práctica se atribuye el uso de los Ere Òrìşa, pues así como Yèmojá enseña al hombre la forma de extraer alimentos del mar para poder alimentarse, también enseña al hombre a no desperdiciar los objetos de la naturaleza.


La divinidad Yèmojá se sincretiza en Cuba con la virgen de Regla y se le conoce como Yemaya.


En Brasil es llamada Iemanja y sincretizada con la Virgen de la Inmaculada Concepción.

Es común preparar un cesto de frutas y objetos realizados para Yèmojá, todos ellos relacionados con los oficios de las personas que asisten a su festival. El cesto es lanzado al mar y para que sea aceptado por Yèmojá, es necesario que se hunda en las aguas, si sobresale, es signo de negativa y son necesarias nuevas ofrendas para atraer su protección. Algo muy similar se realiza actualmente en Brasil, donde el culto de Yèmojá pareciera ha llegado más puro que a Cuba.


Las ceremonias actuales no tienen el esplendor de antaño, pero todavía son muy brillantes y numerosos sacerdotes animistas de la región participan en ellas.


En Nigeria, en el santuario de Yèmojá, hay también una olla llena con el agua "sagrada" del río Ọgún, la que se da a las mujeres infecundas que le piden hijos a Yèmojá y a los niños que nacen como consecuencia de eso.


Las mujeres devotas usan pequeñas cuentas brillantes y hacen ofrendas de maíz triturado, ianme, machacado, chivos, gallinas, patos y pescados. Su principal tabú es el perro.


En Cuba, Venezuela, Puerto Rico, Panamá y México y Estados Unidos, Yèmojá adquiere otros atributos tales como:


Una sopera coloreada de azul y blanco con florones y otros atributos y herramientas como: un sol, una luna llena, un ancla, un salvavidas, un bote, siete remos, siete aros, una llave, una estrella, siete aros de plata. Estos objetos elaborados en plata, acero, lata o plomo, una cola de caballo con mango adornado con cuentas azules y blancas, maracas que se utilizan para saludar y para que preste atención cuando se habla con ella, un abanico con varillaje de nácar y oro, adornado con cuentas y caracoles, abanicos redondos hechos de pencas de guano adornados con plumas de pavo real, caracoles y cascabeles. Usa un manto de burato ricamente adornado. Todos estos atributos son adornados con patos, peces, redes, estrellas, caballitos de mar, conchas en miniatura, todo lo relativo al mar. Siempre llevan cuentas azules y blancas alternas, piedras, cauries, etc.. Los collares son conformados con siete cuentas de cristal transparente, llamadas de agua y azules, azul pálido y agua, azul oscuro y perlas opalinas o cuentas de jabón, etcétera.


Para la tierra Yoruba se usan elementos hechos con las propias manos, redes de pesca, pieles, figuras en Madera, maracas hechas en calabaza y otros objetos que estén hechos con el ingenio de los devotos, Yèmojá agrada más de los objetos hechos con las manos que aquellos que puedan ser manufacturados por medio de líneas de producción.


El Odu Idi Meji dice:


Ella es la madre y le nombro Yeye (Una madre de gran respeto)

Los peces son sus hijos

Está en mis manos y la sangre de todo ser vivo

El no dejar que el agua caiga por en medio de los dedos

Fue la declaración de Ifá para los seguidores de Yèmojá

Ellos no encuentran más vida en la tierra

Miran al cielo y no lo alcanzan

Debían entrar en las aguas y proveerse

No hay mejor madre que aquella que le da de comer a sus hijos con el ejemplo.


La historia nos explica directamente la forma en la que debe dirigirse un seguidor de Yèmojá, la forma en la que se le rinde culto es a través del arduo esfuerzo. Es común que un seguidor de Yèmojá sea mal visto entre los Yoruba cuando dedica más tiempo al esparcimiento en vez de las labores de su comunidad o aquellas cosas que alimenten el alma, dado que se considera que los seguidores de esta Òrìşa no deben dedicar la juventud a aquellas cosas que no les hagan crecer. Según la poesía, podría ser que un día no puedan nadar por haber perdido el tiempo en la tierra o el cielo sin producir nada.


Otra poesía del Odu Idi Otura dice lo siguiente:


Debajo de los pies, está la tierra cultivable.

Encima de la cabeza pasa el aire.

Un hombre con la vejez pierde el cabello, es sinónimo de que ya ha cumplido sus objetivos.

Una mujer con la vejez, no pierde su cabello, es sinónimo de que está cumpliendo sus objetivos.

Asesu no hace las manos miembros inútiles para ninguna persona.

Acaricio la tierra

Toco mi cabeza y dejo pasar el viento

Asesu no hace las manos miembros inútiles para ninguna persona.

Los pobladores se prepararon con comidas y alfarería para ofrendar a Yèmojá

Pero ellos, los más jóvenes solo prepararon cantos, prefirieron aprovechar el tiempo mirando las nubes

Yèmojá escuchará a quién se haya esforzado

Asesu escucha a cualquiera

Escucha las plegarias hechas con las manos

Asesu escucha a cualquiera

Escucha las plegarias hechas con los labios

Asesu escucha a cualquiera

Escucha los besos sobre la ofrenda

Asesu escucha a cualquiera

No escucha un rezo hecho con pereza

Porque Asesu escucha a cualquiera que desee ser escuchado con esfuerzo

Una hormiga rindió homenaje, tan solo pudo llevar 6 pimientas guinea

Asesu le bendijo con una comunidad desde ese día.

Asesu escucha a cualquiera

Y le dio una esposa

Asesu escucha a cualquiera

Le bendijo con hijos

Asesu escucha a cualquiera

Sus hijos llevarán la sangre del esfuerzo y el trabajo, un holgazán no sería digno hijo de la hormiga.


Como podemos ver, en esta poesía, Yèmojá no acepta la pereza, se considera entre la comunidad Yoruba, que el tiempo de recreación debe llegar cuando hemos cumplido con nuestras metas en la vida, para que eso llegue, debemos esforzarnos desde la juventud, para disfrutar serenamente la vejez.

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